domingo, 16 de enero de 2011

"Poco A Poco..." con Parra

Este mes de Enero, y una vez pasadas las fiestas de Navidad y Reyes, nuestro querido amigo José Luis Gómez Parra, desde la tercera trabajadera, nos deja una bonita reflexión de su caminar por nuestra cuadrilla.
He de añadir, que nuestro compañero Parra se irá poniendo en contacto con cada uno de los miembros de la cuadrilla, de una forma periódica, para haceros una pequeña entrevista que nos permita conocer algunos matices personales que favorezcan nuestra relación.
Del autor de ésta reflexión destacaría su afán contínuo por aprender, por hacer las cosas cada día mejor, y para esto cuenta con la virtud de poseer dos cualidades que son muy importantes para crecer como persona: nobleza y humildad.
El atril de "poco a poco" queda este mes de Enero por tanto, en manos de una buena persona y un gran costalero, y su reflexión nos servirá de antesala para los momentos grandes que se avecinan.
José Vargas Spínola

10 AÑOS EN LA GLORIA
El pasado Viernes Santo del año 2.010 fue el más especial para mí hasta ahora, cumplí 10 años debajo del Señor de la Conversión.

Sé que no es mucho tiempo y aunque me parezca que fue ayer, 10 años hizo ya que, de la mano de mi querido José Ramón, entré a formar parte de esta cuadrilla. A partir de ahí, he tenido numerosas vivencias que han hecho que cada año sea diferente y siempre encaminados a una mejora contínua, sin grandes nombres, ni protagonismos, una labor callada por parte de todos que poco a poco, nos ha llevado hasta dónde hoy nos encontramos y que hacen de la nuestra una cuadrilla de la que me siento terriblemente orgulloso.

Grandes amistades se han forjado bajo esas trabajaderas y otras muchas con las que ya contaba vinieron para unirse a esta cuadrilla que, comandada por grandes capataces y auxiliares con oficio y de gran calidad humana y junto con el magnífico trato recibido por la Hermandad y su junta de Gobierno, hacen que el Viernes Santo sea sin duda, uno de los días más esperados y recordados del año por mí, un día que sin quererlo se me va escapando de las manos, con el recuerdo en mi retina como único consuelo y con el sabor agridulce del trabajo bien hecho pero que ahora toca esperar todo un año para volver a vivir las noches de Pumarejo, de parihuela de metal helado, de mudá …

Desde estas líneas, me gustaría expresaros mi enorme cariño y daros las gracias a todos por hacerme sentir especial cada primavera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario