jueves, 8 de diciembre de 2011

"Poco a Poco..." con Pope

Este mes de Diciembre, recibimos en nuestra sección mensual la visita de José Antonio
Cazorla Ríos, nuestro amigo y segundo capataz de la cuadrilla, nuestro querido “Pope”.
Por su veteranía y experiencia en el mundo del martillo y del costal, Pope nos obsequia con su autobiografía cofrade, llevándonos de su mano por la historia y trayectoria de nuestra cuadrilla prácticamente desde sus comienzos.
Casado y con dos hijos, nuestro querido amigo goza de dos aficiones/devociones inseparables para él y su familia: las Cofradías y su querido y apasionado Betis de su alma.
Sin más dilaciones, os dejo con la voz y el mando de vuestro segundo capataz para que disfrutéis con él de la chicotá cofrade de su vida.

José Vargas Spínola. Diciembre 2011.


Era finales de los años setenta, principios de los ochenta, cuando un grupo de locos empezamos a meternos abajo de los pasos, comenzando mi andadura siendo costalero del paso de Cristo de la Hermandad de la Candelaria, .
En aquel tiempo Justo Rufino era mi capataz en la Candelaria, y a la vez también lo era del Cristo de la Conversión. En aquella época yo hacía mis pinitos como contraguía, en el paso de palio de la Hermandad del Cerro, la cual salía por el barrio en el mes de septiembre coincidiendo con la velá.
Entonces fue cuando Justo Rufino me propone ir con él de contraguía en el paso de Cristo de nuestra Hermandad de Montserrat. Yo no lo dudé ni un momento y acepté, comenzando así mi trayectoría y mi vinculación con nuestra Hermandad de Montserrat y sus cuadrillas.
Más tarde vendría la primera etapa de Ramón Castro “el caña”, que llevaba con él de segundo a Manuel Pacheco, capataz del Baratillo, continuando yo de contraguía del paso de misterio.
Luego llegaría la segunda etapa de Ramón Castro, siendo nombrado capataz de los dos pasos, y es entonces, cuando yo empiezo a tocar el martillo en el palio, y Joselito Vargas en el paso del Señor, supervisando Ramón el trabajo de ambos pasos.
Fueron años duros pero también fueron muy bonitos, en los que las cuadrillas empezaron a funcionar a pesar de los problemillas y contratiempos típicos de una Hermandad de Viernes Santo de aquella época.
Ahí se empezó a sembrar la semilla que yo muchas veces refiero, y que sirvió para recoger el fruto del éxito de hoy en día.
Cuando todo funcionaba de maravilla, Ramón Castro se presentó como candidato a Hermano Mayor en la Hermandad de la Candelaria y salió elegido, por lo que tuvo que dejar de ser capataz en Montserrat.
La junta de gobierno del momento nombró nuevo capataz general a José Ramón Rodríguez Gautier, quien trajo a la Hermandad a Fernando Fernández Goncer, actual capataz del palio.
José Ramón nos propuso a Joselito Vargas y a mí, formar parte de su equipo. Yo decidí ir al palio con Fernando y Joselito se quedó en el Cristo, comenzando entonces una nueva etapa en la cual, creo, que las cuadrillas quedaron consolidadas en su mejor esplendor.
José Ramón decidió retirarse como capataz en el año 2006 y la Junta de Gobierno nombró a los actuales capataces, y es entonces cuando José Vargas me propuso ir con él de segundo en el paso de Cristo.
No lo dudé un instante, y creo que es lo más maravilloso que me ha podido suceder. Aún recuerdo que nos dimos un apretón de manos y un abrazo para sellar el compromiso.
Al principio estaba un poco preocupado pensando si estos tan grandes me aceptarían de buen grado. Pero no me equivoqué, porque tuve la oportunidad de conocer a una cuadrilla maravillosa, de gente grande ,sí, pero grandes de corazón, y a un equipo estupendo en los que he encontrado a buenos amigos y a un pedazo de capataz por ser una buena persona, por su buen hacer y por el trato exquisito que le da a su gente.
Gracias José, gracias Hermano.

José Antonio Cazorla Ríos, “Pope”

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